En el contexto de inmediatez, poder adquisitivo y la obsolescencia programada, reparar para alargar la vida útil de nuestras pertenencias se convierte en un acto de rebeldía revolucionaria. El simple hecho de mantener en uso una prenda por nueve meses más, reduce significativamente (hasta un 20-30% según un estudio conducido por WRAP) su impacto ambiental relacionado a la producción. Es una forma de activismo cotidiano y probablemente la mejor manera de luchar contra la moda rápida.
Como consumidores, nos hemos acostumbrados a seguir el patrón de comprar, usar y tirar impuesto por grandes marcas como estrategia de ventas. Su modelo de negocio está basado en que las personas compren y eliminen de su armario la ropa en el menor tiempo posible. Reparar es ir en contra de lo que el mercado propone. Ignorar las condiciones impuestas por el productor, nos convertimos en verdaderos dueños con el poder de decisión sobre la utilidad y valor de las cosas.
Es hora de dar mayor importancia a la cuarta R: Reparar
La reparación de ropa, ya sea que la hagamos nosotros mismos o a través de la contratación de servicios, tiene una amplia cantidad de beneficios sociales y ambientales, por no mencionar el ahorro económico que supone para nuestras finanzas. Nuestra participación en la reparación de ropa fomenta una mayor conexión y compromiso activo con el producto. Además, al entender la complejidad de la cadena de suministro y producción de ropa, logramos relacionarnos mejor con las personas detrás de la máquinas y aprendemos a valorar su esfuerzo.
Es cierto, que los productos de vestir se han abaratado a tal punto que su mantenimiento deja de ser rentable. Más aún en regiones donde el costo de una prenda nueva está por debajo del coste de mano de obra. Pero el hecho de que la moda rápida sea tan asequible y más conveniente que nunca, no significa que no podamos decir que no a lo nuevo en lugar de apreciar mejor lo que ya tenemos.
No siempre somos conscientes del impacto que tienen estas acciones sobre el medio ambiente. La sobreproducción ha reducido la calidad de la ropa que se vende trayendo un costo ambiental enorme. Al reparar algo que fue diseñado para ser desechado, estamos indirectamente demandando la necesidad de un cambio sistémico y declarando en contra del aclamado ideal de cantidad frente a calidad.
A diferencia del reciclaje, la reparación permite la recuperación del producto y su valor con la mínima aportación de materia prima. Es la forma más sencilla de reducir nuestro impacto: elegir lo que se compra y cuidarlo bien.
Debemos de transaccionar hacia un modelo productivo en el que se ponga énfasis a que los productos puedan ser reutilizado y reparados para prolongar al máximo su vida útil. Desde Infinit Denim, aportamos a esta ideología desde nuestro servicio de reparación de vaqueros. También, ofrecemos garantía para reparar cualquiera de nuestros productos porque creemos que como productores de ropa es nuestra responsabilidad compartir el compromiso hacia el medio ambiente con el consumidor. Vemos fundamental el invertir en prendas sin fecha de caducidad como solución para bajar el ritmo de consumo actual.
Texto por: Roberta Lebed.
Tinc dos texeans i em voldria fer bosses. Es aixiò el q em podeu ajudar a fer?
Hola Maria Rosa! En el 2022 lanzaremos nuestro proyecto llamado la Ruta circular tejana y convertir sus tejanos en productos será posible. ¡Lo comunicaremos con mucha más información cuando este activa muy pronto!